sábado, 25 de febrero de 2012

El Fundamentalismo Mata


La noticia llegó desde Noruega y fue aterradora. Setenta y siete muertos fue el saldo del tiroteo ocasionado en la comunicad de Utoya, Noruega el 22 de Julio de 2011 como producto de la insania de un empresario de 32 años llamado Anders Behring Breivik, autodenominado como un fundamentalista cristiano, de ultra derecha, nacionalista e islamófobo.

Yo era un niño aún pero la noticia me impactó. Era el año 1988 y un escritor británico llamado Salman Rushdie había publicado un libro denominado “Los Versos Satánicos” cuya publicación había desatado la ira del líder musulmán Ayatolá Jomeini quien llegó a ofrecer una recompensa por la muerte del escritor a nivel mundial. Rushdie tuvo que vivir escondido y protegido por la policía británica y su vida cambiaría radicalmente. La ira del líder iraní fue más allá, no sólo se prohibió la venta y la lectura del libro en diversos países islámicos sino que incluso, fundamentalistas islámicos perseguirían a los traductores del libro a otros idiomas incluyendo el asesinato del traductor al idioma japonés.

Ciertamente la vida de Rushdie nunca fue la misma. Yo leí el libro unos diez años después de su publicación, casi por casualidad, lo encontré, no lo busqué, Rushdie se había convertido en un modelo a seguir que me perseguía por aquellos días, un antihéroe de los noventas que se había enfrentado con un alto grado de estoicismo al temido fundamentalismo islámico que atemorizaba al mundo por aquellos días finiseculares. Por aquella época también pensaba que los días de Rushdie estaban contados, que tarde o temprano lo iban a asesinar, que su vida debía haber sido un verdadero infierno en los últimos diez años, viviendo de manera furtiva, atemorizada, alejándose permanentemente de rutinas. En verdad no estaba muy lejos de la realidad, aunque en efecto, hoy en día Rushdie sigue vivo ya no es noticia, ya no es más antihéroe, ya no es más un modelo de nada, se ha convertido en un escombro de lo que algún día el fundamentalismo mató, en una lejana sombra del literato que fue, o mejor dicho, en una imagen ucrónica de literato.

¿Qué distingue al Ayatolá Jomeini con su afanada orden de asesinato contra Rushdie del asesino de Noruega?, Para mi muy poco, ambos son una prueba contundente de lo que alguna vez escuché y me pareció lejano en su oportunidad: El fundamentalismo mata- En efecto, los fundamentalistas carecen del menor sentido de tolerancia o respeto, limitan el debate, atacan la diversidad y pluralidad de un mundo cada vez más conectado, el fundamentalismo no sólo continua en voga hoy en día sino que es más fuerte aún, continúa esparcido en religiones, en partidos políticos, en ideas y tendencias, el fundamentalismo sigue merodeando por nuestras plazas, calles y cines, nos sigue asechando diariamente, se sigue sentando a nuestro costado en el aula, en la oficina o en el bus y sigue esgrimiendo su blasfema diatriba contra el respeto y la heterogeneidad contando con el sólido apoyo del establishment, del desorden establecido.    


Lima, 4 de febrero de 2012